domingo, 3 de julio de 2016

DIY: de costurero a joyero.



El costurero que he transformado hoy es uno de los trastos que me encantaban de la casa de mis abuelos. Es de y está forrado en raso color azul celeste. Además tiene un cajoncito en la parte de abajo, una rosa de adorno y un prendedor en una de las esquinas: no le falta detalle para ser un objeto precioso y llamativo.


Cuando mi tía me lo regaló (después de darle la brasa durante años jaja) lo comencé a usar como costurero, que era la utilidad que tenía, pero me di cuenta que era pequeño, porque sólo con las tijeras y el prendedor ya lo llenaba, amén de las cintas, botones, cremalleras, etc. que siempre se guardan en las cajas de costura y que no me cabían.

Y como no estaba dispuesta a renunciar a su uso pues lo he reconvertido en joyero; eso sí, sin alterar absolutamente nada del original, porque igual algún día me apetece dedicarlo a otra cosa.
Para no estropear el recubrimiento de raso lo que hice fueron dos plantillas de cartón con las formas de la base y el cajoncito. La plantilla del cajón la forré con un piqué de florecinas azules que combina muy bien con el color del raso y que previsamente había endurecido tal y como os expliqué en este tutorial, para trabajar mejor y que no se ladee o se deshilache.


La plantilla del cajón la forré con un piqué de florecinas azules que combina muy bien con el color del raso y que previsamente había endurecido tal y como os expliqué en este tutorial, para trabajar mejor y que no se ladee o se deshilache. La corté con muy poco margen para que encajase en el cajón y no se mueva, sin pegamento para no estropear el raso.


Encima de la base para el costurero monté una estructura en H con el mismo cartón (cartón especial para trabajos de cartonaje), uniendo los laterales a la base y entre sí mediante cola y cinta de carrocero.
Cuando estuvo todo bien pegado y seco lo forré con la misma tela de flores, utilizando en este caso como adhesivo el mixtión, para poder pegar/despegar hasta que quedase totalmente acoplado.

La base entera la introduje en el costurero, queda muy ajustada porque igual que en el caso del cajón la hice con muy poco margen, precisamente para no tener que pegarla ni a la base ni a los lados, como ya os he explicado.

Y aquí está, guardando el joyerío que utilizo normalmente. Lo he colocado encima de mi cómoda y me resulta muy práctico, al menos de momento que no está lleno jaja. 

Del curso que hice de cartonaje aprendí que con el cartón se pueden hacer maravillas, no sólo objetos nuevos sino, como en este caso, compartimentar un costurero, una caja, un cajón del armario...ya tengo en mente otro DIY, aunque ese es un poquito más complicado jaja.

Espero que os guste y que os lancéis a reconvertir cualquier cosa que os guste en otra que pueda ser de utilidad.

Besos.

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