domingo, 29 de junio de 2014

Banca del abuelo Pepe


Me gusta mucho pintar y pintar flores lo que más. Hoy os voy a enseñar cómo he restaurado esta banca (banqueta, bancada, taburete o taburete bajo, no sé muy bien cómo llamarlo, en casa siempre fue la banca). Mi abuelo materno era fontanero y además del trabajo a domicilio pasaba gran cantidad de tiempo trabajando el latón, la hojalata, el cobre en su taller. Y siempre, invariablemente, se sentaba en una banquita pequeña y muy baja que le permitía acceder a todas las herramientas que dispersaba por el suelo.

La banca estaba pintada de blanco, pero mano sobre mano, lo cual hacía que apenas se apreciara la veta de la madera.



domingo, 22 de junio de 2014

Perchero con glicinias.




Los cuarterones de madera (o postigos, como también se llaman por aquí) son unas puertitas pequeñas que tenían algunas ventanas antiguamente y que servían para regular la luz. Antes se usaban mucho pero en las casas actuales es difícil encontrar una ventana con portigos.

Bienvenida y agradecimientos.

Hola y bienvenid@s a este sitio.


Me llamo Montaña (Mª de la Montaña, pero vamos a simplificar) y hace tiempo que ando dándole vueltas a la idea de confeccionar un blog. Soy muy aficionada a la restauración, la reutilización, el reciclaje... de trastos viejos, inservibles aparentemente pero que con un poquito de dedicación e imaginación pueden volver a tener una segunda (tercera, cuarta...) utilidad, conservando las marcas de sus "vidas" anteriores, lo que les da una personalidad y un carácter del que carecen los objetos nuevos.  Y como una parte importante de lo que sé actualmente lo he aprendido de los blogueros que desinteresadamente han ido compartiendo sus trabajos conmigo, pues me siento obligada a hacer lo mismo y a publicar mis trabajos con la idea de que puedan servir también de aprendizaje y/o inspiración.   

Desde siempre me han gustado lo que en mi familia llamaban "zarrios", cosas viejas que habían dejado de usarse y que, en el mejor de los casos, iban al doblao de la casa, porque lo normal es que fueran a la basura.

Con el tiempo, esta afición se ha convertido en verdadera pasión, y dedico buena parte de mi tiempo libre a recorrer mercadillos de segunda mano para comprar muebles y objetos viejos que luego restauro y vuelvo a poner en valor. Y digo viejos, que no antiguos, porque me inclino por los cacharros que tienen entre 50 y 100 años, que son menos valiosos que las antigüedades pero que me gustan cien veces más. En portugués hay un término que define muy bien estos objetos: velharias, que se podría traducir por antigualla.

Quiero agradecer su apoyo a G.Padre, que lo sufre (en silencio), hace kilómetros, carga y descarga, busca en los contenedores (de obra, claro) y... toma café. A él va dedicado este blog.


Espero que el blog cumpla su cometido y que os gusten las publicaciones.



jueves, 19 de junio de 2014

Lanzamiento