Me llamo Montaña (Mª de la Montaña, pero vamos a simplificar) y hace tiempo que ando dándole vueltas a la idea de confeccionar un blog. Soy muy aficionada a la restauración, la reutilización, el reciclaje... de trastos viejos, inservibles aparentemente pero que con un poquito de dedicación e imaginación pueden volver a tener una segunda (tercera, cuarta...) utilidad, conservando las marcas de sus "vidas" anteriores, lo que les da una personalidad y un carácter del que carecen los objetos nuevos. Y como una parte importante de lo que sé actualmente lo he aprendido de los blogueros que desinteresadamente han ido compartiendo sus trabajos conmigo, pues me siento obligada a hacer lo mismo y a publicar mis trabajos con la idea de que puedan servir también de aprendizaje y/o inspiración.
Desde siempre me han gustado lo que en mi familia llamaban "zarrios", cosas viejas que habían dejado de usarse y que, en el mejor de los casos, iban al doblao de la casa, porque lo normal es que fueran a la basura.
Con el tiempo, esta afición se ha convertido en verdadera pasión, y dedico buena parte de mi tiempo libre a recorrer mercadillos de segunda mano para comprar muebles y objetos viejos que luego restauro y vuelvo a poner en valor. Y digo viejos, que no antiguos, porque me inclino por los cacharros que tienen entre 50 y 100 años, que son menos valiosos que las antigüedades pero que me gustan cien veces más. En portugués hay un término que define muy bien estos objetos: velharias, que se podría traducir por antigualla.
Quiero agradecer su apoyo a G.Padre, que lo sufre (en silencio), hace kilómetros, carga y descarga, busca en los contenedores (de obra, claro) y... toma café. A él va dedicado este blog.
Espero que el blog cumpla su cometido y que os gusten las publicaciones.