Como ya habréis visto en post anteriores absolutamente todos los trabajos
los termino aplicando una pátina. Las pátinas proporcionan a cualquier mueble ese debilitamiento del color propio del paso de los años y que, de
esta manera, conseguimos en un momento. Dan ese aspecto de trasto usado, más
amable que el aspecto impecable de los muebles recién comprados, aunque estemos
trabajando con una simple madera de palé. Podemos decir que “ennoblecen” la
madera aunque no sea de muy buena calidad.
Hay
muchos tipos de pátinas, hoy os voy a hablar de la que más uso en mis
trabajos, una pátina al aceite que admite mil posibilidades de color y es muy
fácil de hacer y de aplicar.
Para
hacer la pátina necesitamos: aceite de linaza, esencia de trementina (aguarrás puro) y óleo del
color que elijamos. El aceite y la trementina en una proporción aproximada de
tres medidas de trementina por una de aceite.
Las pátinas las podemos hacer más oscuras o más claras que el color de base, de un tono similar o buscando el contraste. Vamos a hacer dos pátinas: una marrón para aplicar sobre una madera pintada de verde y otra verde para una madera blanca.
El procedimiento es el siguiente: ponemos en un bol una cucharadita de aceite de lino y tres de esencia de trementina; a continuación un chorrito del óleo seleccionado y, en el caso de querer matizar el color, una pizca de un óleo más oscuro. Los óleos más utilizados son:
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Sombra
natural.
-
Sombra
tostada.
-
Siena
natural.
-
Siena
tostada.
Si
queremos una pátina más clara utilizamos óleo blanco en cualquiera de sus
versiones: blanco de cinz, blanco de titanio... y por supuesto mezclar los óleos hasta obtener el color buscado. Vamos a verlo paso a paso.
* Pátina marrón sobre fondo verde grisáceo.
Ponemos una cucharadita de aceite de linaza y tres de aguarrás puro (esencia de trementina).
Añadimos una cantidad de óleo como la que veis en la imagen, aproximadamente. En este caso he puesto sombra natural a la que he añadido una pizca de óleo color pardo.
Para
aplicarla elegimos una brocha ancha y plana y vamos extendiendo la pátina por
la superficie. Enseguida, y con un trapo de algodón que no suelte pelusa, vamos quitando
el exceso y difuminando a nuestro gusto. Las partes planas quedarán con menos
pátina mientras que los rincones, molduras y recovecos quedarán con más
producto, para dar sensación de volumen y textura.
En
este caso es un trozo de madera y lo hacemos de una vez, pero si fuera un
objeto más grande o un mueble tendríamos que hacerlo por partes, dando la pátina
y retirando antes de pasar a la siguiente sección.
Y ya
está. Fijaros el brillo tan bonito que le da a la pintura y cómo ha desaparecido el aspecto de nuevo que tenía.
* Pátina verde sobre fondo blanco antiguo.
El procedimiento es el mismo, ponemos en el bol el aceite de linaza y la esencia de trementina. Después una cantidad pequeña de óleo tierra verde y una pizca de color pardo.
Estos son los resultados. Los colores quedan matizados, ya no son uniformes, es como si hubiéramos añadido "años" a la madera y aunque todavía haya que darles un acabado con cera o con barniz el brillo que aporta la pátina es precioso, muy suave y satinado.
Espero que os
sea de utilidad el tutorial y que os animéis a patinar vuestros
trabajos. Otro día haremos otro tipo de pátinas, a la cera, que también
admiten muchas posibilidades.
Besos.