domingo, 21 de febrero de 2016

Mercado de antigüedades de Campo Maior.

La semana pasada estuvimos de nuevo en un mercadillo de antigüedades de los muchos que se celebran en la zona alentejana de Portugal, muy cerca de nosotros. En esta ocasión Campo Maior, un pueblo muy bonito que está a poco más de 20 kilómetros de Badajoz. 

De Campo Maior son muy populares sus fiestas de las flores, Festas do Povo se llaman, en las que los vecinos engalanan las calles con miles y miles de flores de papel...¡¡¡hechas a mano!!!. Es impresionante el trabajo que realizan y como dato curioso deciros que la fiesta no tiene una periodicidad determinada, nunca se sabe si ese año habrá o no fiesta de las flores. Sencillamente cuando la hay no hay que perdérsela. Aquí os dejo unas imágenes tomadas de internet:









Nosotros habíamos ido a estas fiestas y vamos con frecuencia a comer (el arroz caldoso de marisco está de escándalo jaja), pero nunca al mercado de antigüedades. Así es que el domingo, que hacía un día frío pero con sol, nos fuimos a ver qué encontrábamos. 

Me sorprendió la cantidad de loza antigua que había, la verdad es que en todos los mercadillos portugueses encontramos mucha vajilla. (Un día tengo que hacer un post sobre el mercado de San Miguel, también en Portugal, donde puedes componerte una vajilla preciosa por 10 o 12 euros). Encontramos juegos de café:


Cazuelas y tarteras de metal y porcelana esmaltada:


Baños de barro de todos los tamaños:


Juegos de cristal:


Y soperas, muuuuchas soperas. Viéndolas me pregunto qué clase de sopa pondrían ahí, una sopa monda y lironda de fideos no, supongo xD.






Éstas butacas me encantaron, me pidieron 15 € por cada una, pero GPadre se negó en redondo. Dice que a este paso nos vamos a tener que salir de casa. ¡¡Y lo malo es que no le falta razón, no, xD!!.



El mercado es pequeñito, nos contaron que hace poco tiempo que se viene celebrando y por eso hay pocos puestos. Así es que decidimos dar un paseo por el pueblo, era una mañana típica de invierno fría pero con el sol fuera y la verdad es que se estaba muy a gusto. Y mirad lo que nos encontramos: los dinteles de las fachadas de muchas de las casas están pintadas de color. Pero color, color. Nada de ocres y por el estilo. No. De azul, verde, amarillo... incluso de rosa:









El gusto por el color tiene aquí una forma original de expresarse. ¿A que no habéis visto nada parecido?.

La verdad es que el post de hoy parece más propio de un blog de viajes que de Trastos, pero me apetecía muchísimo enseñaros todas estas curiosidades. Me gusta todo lo que conozco de Portugal, estamos tan cerca pero somos tan distintos que cada vez que hacemos una excursión a tierras portuguesas vengo sorprendida y encantada.

Espero que a vosotros también os guste . Y como siempre os animo a dar una vueltina por el Alentejo portugués, es una zona desconocida pero muy digna de ver.

Ah!! Casi se me olvida: éste fue el capricho que me traje del mercadillo. Un espejito de bolso, una auténtica preciosidad. Le faltan algunas de las piedritas verdes, pero el metal está intacto.


 

Besos.