La mesita tocinera que era mesa de comedor.

La mesa tocinera que os enseño estaba en la cocina de mi abuela y se usaba como mesita auxiliar. Pero no siempre había sido esa su función. Asombrosamente durante muchos años había sido ¡¡la mesa comedor!! de la familia. Me sigue pareciendo increíble que las necesidades fueran tan básicas en esa época (o en esta familia), no sé si recordáis la caja de las medicinas. Pues con esta mesa igual, me parece incomodísimo que cuatro personas coman en una mesa tan pequeña y tan baja, y sin embargo a ellos no parecía importarles en absoluto (al menos eso es lo que se desprende de sus sonrisas en esta foto que os muestro, en la que aparecen mi madre, de pie a la derecha, y mi tía junto a mis abuelos comiendo en la mesita tocinera).

En aquella época tenía una encimera de zinc hecha a medida para evitar que la madera se estropease. Cuando yo me quedé con ella ya no la tenía, una lástima, así es que únicamente tuve que quitar ochocientas capas de barniz para que la madera luciera en todo su esplendor.

Las patas las pinté en blanco antiguo. La encimera y el cajón, después de aplicar tapaporos para proteger de las posibles manchas y xilófagos la terminé con cera coloreada de Luis XVI color roble oscuro.

El cajón lo entelé (en este post os expliqué con detalle cómo se hace) con un toul de jouy en color rosa que contrasta muy bien con la madera oscurecida.

Como curiosidad he hecho una fotografía del tirador, que es el original. Tenía tantas capaz de pintura que no se apreciaban bien los detalles, así es que con decapante y mucha paciencia lo dejé en su estado original. Lo he protegido con barniz zapón para metales y nada más, porque me gusta tal y como es.

Ahora la tenemos en la casa del pueblo con la televisión, con lo cual la mesa cumple, como mínimo, su tercera ocupación desde que se fabricó (a mano, por supuesto). Es una de mis piezas favoritas.

Espero que os guste, tanto la mesa como la transformación, y que me dejéis vuestros comentarios. 

Besos.