domingo, 1 de noviembre de 2015

Cinco pasos para limpiar a conciencia las brochas y demás herramientas.



Cuando os hablé de lo que para mí eran los cinco hábitos imprescindibles para disfrutar restaurando el primer lugar lo ocupaba la limpieza. Tan importante me parece tener todos los útiles limpios y en buenas condiciones que he decidido hacer un post sólo para este tema, indicando tanto los productos como el proceso necesario para una buena limpieza y mantenimiento de nuestras herramientas.


He utilizado dos brochas planas, una especial para estarcir y dos pinceles.

Primer paso.
Limpiar los restos de producto con un papel (de periódico, de cocina, etc.) o con un trapo viejo que ya no sirva. De esta manera la limpieza es más fácil, porque el grueso ya lo hemos eliminado, y además no gastamos tanto disolvente (ya sea disolvente químico o agua, que de todo conviene ahorrar).

Segundo paso

Limpiar con el producto adecuado los restos que aún nos queden en la brocha o en la herramienta que sea.
En la siguiente tabla os muestro el disolvente adecuado a cada producto; he puesto los más comunes, de todas formas en los envases suele aparecer el tipo de disolvente necesario. Lo normal será que el mismo producto que utilizamos para disolver lo utilicemos también para limpiar, salvo en el caso del aguarrás, que utilizaremos el aguarrás puro (esencia de trementina) para disolver y el aguarrás símil (más barato) para limpiar.

TABLA DE LIMPIEZA

PRODUCTO
DISOLVENTE
LIMPIEZA
Pintura acrílica
Agua
Agua y jabón
Pintura sintética
Aguarrás puro
Aguarrás símil
Óleos
Esencia de trementina
Aguarrás símil
Cera
Disolvente universal
Disolvente universal
Decapante
Agua
Agua y jabón
Tapaporos al agua
Agua
Agua y jabón
Tapaporos al disolvente
Disolvente universal
Disolvente universal
Tinte clásico
Agua
Agua
Tinte 2000 (TITÁN)
Disolvente universal
Disolvente universal
Betún de Judea
Disolvente universal
Disolvente universal
Cola blanca
Agua
Agua y jabón
Alkyl
Agua
Agua y jabón

Tercer paso.
Agua y jabón. Siempre, después de eliminar los restos con el disolvente adecuado, debemos lavar con agua y jabón neutro. Yo siempre uso jabón casero, hecho con restos de aceite usado, que además es una forma de reciclar el aceite y ahorrar en productos de limpieza. Las brochas las friego con un cepillo de plástico y los pinceles más finos con un cepillito de uñas o directamente sobre la mano. Las herramientas con un estropajo de la cocina (tipo Scott Brite).
Los pinceles finos se pueden lavar frotando directamente sobre el jabón o sobre la mano enjabonada.

Para las brochas de pelo duro necesitamos ayudarnos de un cepillo con púas de plástico y "arrastrar" desde atrás los restos de pintura.

  Cuarto paso.
Secar. Bien y a conciencia, sobre todo las herramientas que son de hierro y las brochas que tienen las cerdas unidas con chapas, que también se oxidan. Podemos secar con un papel o un trapo pero que sean bien absorventes.

Quinto paso.
Almacenar correctamente para el siguiente uso. En el caso de las brochas es conveniente envolverlas, al menos por la parte de las cerdas, en un papel bien apretado; de esta forma evitaremos que se "despeluchen" y se mantengan todos los filamentos unidos.
Al final apretamos por la parte del pelo para que queden bien apretaditos:

Por último os cuento un truco para limpiar las brochas que se han endurecido con la pintura por no limpiarlas a tiempo: sumergir los filamentos en decapante durante una hora aproximadamente. Sale toda la pintura. Después se puede lavar normalmente con agua y jabón.

Espero que os sean de utilidad estos consejos. Sobre todo es muy conveniente tener la tabla de los disolventes siempre a mano, para no tener que andar buscando en cada trabajo cómo disuelvo, cómo limpio.

Si queréis aportar algún consejo más lo podéis hacer en los comentarios, seguro que es interesante.

Besos.

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