domingo, 30 de octubre de 2016

Soporte de hierro para el cántaro.


En realidad este soporte de hierro no fue creado para un cántaro sino para una maceta, porque los cántaros no eran objetos de decoración sino útiles de diario, cubrían la necesidad de traer el agua a casa desde el pozo además la mantenían fresca. Al menos éste de las fotos, un cántaro que me regaló mi suegra hace años y que me encanta, mucho más que un cántaro nuevo, porque se ve que realmente ha estado en uso muchos años. Por eso decidí darle un lugar preferente en la casa del pueblo, e izarlo del suelo con el soporte de hierro que os enseño.


Éste es el soporte, llevaba años en el trastero porque no me gustaba usarlo como soporte de las macetas, con el agua se oxidaba y manchaba el suelo. Hasta que se me ocurrió una nueva ocupación para él, y para ello tenía que cambiarle el aspecto.

Como siempre lo primero fue fregar a conciencia, con estopajillo de acero del calibre más grueso. A continuación y con una escofina eliminar toda la pintura que estaba despostillada y retirar parte del óxido. Por último aplicar eliminador de óxido, en este caso lo hice en tres ocasiones: aplicar, esperar, fregar, secar... y volver a empezar. No quería que me apareciese óxido una vez terminado.

Le di dos capas de imprimación todo terreno, por la misma precaución que he dicho antes, no quería que una vez pintado empezara a "sudar" óxido rojizo como he visto alguna vez y tener que empezar de nuevo. 


Una vez secas y lijadas las dos manos de imprimación lo pinté con Chalky Finish blanco antiguo (ya he perdido la cuenta las veces que he usado esta pintura jaja), de Leroy Merlin. Dos manos y en algunos sitios algo más para que quedase bien cubierto.



Para finalizar le di una pátina que tengo hace mucho tiempo pero que no había usado nunca, ni siquiera sé si se sigue fabricando. Cuando se coge una rutina parece que te sientes más segura haciendo las cosas de esa manera, y yo aprendí a elaborar mis propias pátinas y casi nunca utilizo pátinas comerciales. Así es que decidí ver qué tal funcionaba esta marca y me ha encantado: se aplica bien, se retira estupendamente y el color es muy, muy bonito. 
Fui aplicando y quitando con un trapo, como siempre, dejando que la pátina se acumulase más en los desperfectos del hierro y en las zonas de menos roce.

Así quedó. El contraste con el barro oscurecido del cántaro me encanta, es una combinación suave y muy acorde con el resto de la entrada.



Espero que os guste. El cántaro es precioso y el blanco apagado del soporte hace que realce su color natural.

Besos.


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