lunes, 21 de noviembre de 2016

Dos mecedoras. Dos estilos. Un antes y dos después.


Las mecedoras que os enseño hoy, aunque os las traiga al mismo tiempo, han sido restauradas con dos años de diferencia. Éstas no estaban en el doblao, como otros trastos, sino en casa de mi madre, y ella las sigue usando porque le resultan muy cómodas. A mí no, la verdad, se clavan los barrotes en la espalda y no para quieta, al menor movimiento del cuerpo la mecedoras, como lo que es, se mueve. Pero a ella le encantan, así es que me las llevé al pueblo para arreglárselas.


Siempre digo, cuando acepto un encargo, que la cosa tiene que ser sin prisas. Porque tengo poquito tiempo, porque me gusta tener muy claro cómo lo voy a hacer, porque el "taller" está a 100 km y no voy todos los fines de semana... en fin, que me gusta disfrutar de lo que hago y para eso es imprescindible contar con tiempo. 

Así es que, como la cosa se demoraba y ella echaba de menos sus butacas, le devolví una mientras restauraba la otra y luego volvimos a cambiar. Como en el proceso pasaron dos años, el estilo que le había dado a la primera ya no nos gustaba tanto, así es que a la segunda le dimos un aspecto totalmente distinto, más acorde con las tendencias que se ven ahora.

Las butacas eran así, con todos los ingredientes de los años 80: barniz bien brillante y con un poquito de color, escay en el asiento y de líneas muy simples. 

El barniz de los brazos estaba deteriorado, del roce y la limpieza. Hacía falta encolar los brazos y algunos palos. Por lo demás estaban sanas y sin grandes desperfectos.

Una vez estuvieron bien encoladas y firmes las lijé completamente, para eliminar todos los restos del barniz antiguo.

La primera la pinté con pintura acrílica en color verde muy oscuro, sin matizar de ninguna forma (sin pátinas, veladuras, etc). Como único detalle unas florecitas pintadas a mano alzada en tonos blancos en la parte alta del respaldo. Dos manos de barniz satinado para proteger todo el mueble.



Para tapizarla elegimos una cretona con flores de colores muy alegres:



A mí me gustó mucho cómo quedó, con un estilo campero.

Para la segunda mecedora, que he arreglado este verano, he usado pintura de tiza La Americana y barniz mate, y el mueble toma un aspecto mucho más sofisticado.


El tapizado también es más elegante, con una loneta de motivos vegetales.

Es curioso ver cómo en el transcurso de estos dos años las preferencias a la hora de elegir los materiales son totalmente distintos; pintura de tiza frente a pintura acrílica, barniz mate frente a barniz satinado, estilo depurado frente a los desgastados de las esquinas.


Y con mis butacas me voy al reto de Anna en su blog De todo un poco. ¿Os venís?. Allí siempre hay propuestas muy bonitas.

Besos.

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